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viernes, 30 de julio de 2010

día 258 - Cita a Ciegas

Hoy.
Ahí estábamos mi amiga de la infancia, mi compañera de trabajo y yo, volviendo a esas paredes, olores, ecos, aulas. A la facultad que nunca nos había visto juntas.
Un escueto pero oficial mail nadando a la deriva nos había llegado con un mensaje del estilo "si hiciste toda la carrera y no te recibiste porque te falta la Tesis de graduación, esta charla es para vos".
A más de cuatro años de haber terminado los más de diez años que cursé, he pasado por todas las etapas posibles:
  • "Arranco el mes que viene", "a fin de año", "el año que viene".
  • Pasaban los meses y los estados de ánimo en relación a la cuestión: culpa por no empezar, preocupación, desistir del intento.
  • La falta de tiempo fue la única justificación: que tal historia sentimental me tiene alterada, que el trabajo, que me quedo sin trabajo, que el nuevo trabajo, que la mudanza, que los cursos que hago, que el otro trabajo que acepté part time por un año.
  • Cuando tenía algún tiempo: que necesito las vacaciones, que las pocas horas que tengo libres no las voy a usar para estudiar, que en esta etapa de mi vida tengo otros intereses.
  • Si me preguntaban sobre el tema: enojo, ofuscamiento, aburrimiento, risa.
¡Basta! No me voy a recibir. Punto.

Y aquí estábamos las tres, en esta cita a ciegas con La Facultad, teorizando si la charla se trataría de una terapia de grupo, de una propuesta metodológica para abordar la tarea, si la facultad estaría necesitando sí o sí que la gente se reciba y nos propondrían un Plan de Tesis Accesible y con Facilidades.
Se dio la charla ante una verdadera multitud que obligó a cambiar el aula prevista hacia la más grande de la facultad. Entre tips para abordar una tesis, y alguna que otra frases de motivación, La Facultad nos habló tanto con intereses políticos como académicos (huvo una oradora por cada interés), una suerte de "necesitamos que se reciban pero no por eso se aceptarán Tesis patéticas".


¿Sólo con la motivación alcanza? Si obtener el título no es una motivación para mí, ¿Cual será? Convengamos que la motivación por la indagación académica en sí no sería la más popular: si la Tesis fuese optativa ¿qué porcentaje del alumnado la haría?
Y nos fuimos. ¿Haber ido significará que ahora sí vamos a empezar a concretar aquella intención de hacerla? ¿O fue un paseo al pasado que resultará anecdótico mañana, cuando vuelva a mi "vida actual"?


Dejé sin responder la última pregunta de la mini encuesta que repartieron, que decía algo así: ¿Qué podría ofrecer la facultad para ayudarte a terminar la Tesis?
...
aquí descargo mi respuesta: una beca equivalente a un sueldo medio por un año y trabajo asegurado por los tres años siguientes, estabilidad emocional, anular mis otras inquietudes e intereses, venir a casa a lavarme los platos, la ropa, la casa.
¡Ah! Y un tutor copado, con onda, que se apasione con el tema que elegí, que esté bien parado ante su vida, que sepa lo que quiere, y que eso que quiere, sea yo.

Creo que con eso alcanza.

lunes, 26 de julio de 2010

El árbol de la vida real

-Yo las rompo y las tiro.
-Yo se las regalo. Todas excepto las que estoy solamente yo.
***
¿Qué hacés con las fotos de tu ex, de esa larga relación que, como corresponde, fue registrada con toda cámara y en todo lugar?
***
La pregunta surgió cuando me horroricé porque una amiga las tiraba. Resulta que me contó un pajarito que el corte de una relación larga muchas veces llega abrojado a una revelación que resignifica, retrospectivamente, toda la relación: que fue tiempo perdido, que cómo duró tanto, que vivía una mentira, que éramos como hermanos, que si nunca fui feliz, que no teníamos un proyecto común, que los distintos intereses, que respondía a un mandato, que teníamos sexo aburrido, y así. Frases que jamás hubiesen aparecido diez minutos antes del corte.

Entonces las tiro, para qué las voy a guardar.

Y no hay "Que es parte de tu pasado, de tu historia. Que a veces esas relaciones son hasta más importantes que la actual por lo que aprendiste y creciste. Gracias a ellas hoy sos quién sos" que valga. Todas las fotos al tacho ó papelera.

Y de repente, una pregunta clave: -¿Qué hacían nuestros padres con las fotos de sus ex parejas? Y no pude más que remitirme a mi pequeña familia, donde en la mayoría de los casos se casaron con el/la primer/a novio/a que tuvieron. ¿Pero en otras familias? ¿Acaso les muestran a sus hijos las fotos donde su papá aparece abrazadito y enamoradísimo de alguna mujer que no es su mamá, o viceversa? Me refiero a esas ex parejas donde no se han tenido hijos, claro.

Y no necesito instrucciones para seguir los pasos de esta escalera (descendente): llego al al tema de la familia... al recuerdo testimonial. ¿Dónde quedan registradas esas relaciones del pasado tan importantes en nuestra vida? El primer amor, la primer relación sexual, esa relación extramatrimonial que nos replanteó todo el universo y aun así la hemos dejado pasar. La gran desilusión. Aquella persona prohibida que nos volvió locos durante años. Aquella otra que jamás se interesó por nosotros. El ex con el que hiciste cosas que jamás pudiste repetir.
***
En el árbol genealógico, seguro que no están. Hay que tener hijo ó libreta para figurar ahí.
***
Cuando empecé a leer "Cien años de soledad" iba registrando atrás del libro una suerte de árbol genealógico para no perderme en tal embrollo familiar, hasta que desistí de esa manía y me dejé llevar por la historia. Pero cuando lo terminé, me puse a buscar en internet aquella tarea inconclusa y descubrí varios que habían graficado el dichoso árbol de los Buendías. En ese momento me pareció lo más natural que estén incluidas las "relaciones extramatrimoniales", dado que sin ellas muchos hechos importantes no se hubiesen producido...

Recién hoy contrasto eso con la realidad, donde obviamente tal registro no tiene lugar más que en la literatura. Y en la música, claro. ¡Y en el cine! Si no, preguntémosle a Rob de "Alta Fidelidad"...
***
Todos deberíamos hacernos un árbol genealógico de nuestra vida real: con todos los ex (y éstos, con las actuales y con sus ex), con los platónicos, con los que jamás superamos, con los traidores, con las relaciones truncadas, con los cobardes. Qué lindo ponerles el cartelito.

Y lo más aterrador: ¿qué cartelito le pondrían a uno?

domingo, 18 de julio de 2010

¿...y los otros demonios?

Las canciones de rock, pop, heavy, punk, dark, cumbia, folclore, y otras.
La literatura de ficción, realismo mágico, biográficas, y otras.
El teatro dramático, cómico, lírico, y otros.
La pintura abstracta, surrealista, realista, y otras.
Las películas de terror, drama, humor, y otras.
Las novelas de tv, las series, los unitarios, y otros.
...
Para niños, adolescentes, jóvenes, adultos, mayores.
Para mujeres y varones.
En Asia, África, Europa, América y Oceanía.

...
Siglos y siglos confirmando que un tema resulta infalible a la hora de trascender.
Siempre me pregunté cual es el misterio del "amor romántico" como tema para el arte. Tanto para el ávido espectador, como para el artista "inspirado". Si, si: Espectador-Artista es una relación simbiótica, pero aquí no viene al caso que si el huevo ó la gallina.
...
Que perfecto y pleno, que fastidioso y rutinario.

Que simple, que complicado.
Que verdadero, que traumático.
Que honesto, que traidor.
Que posesivo y obsesivo, que desprendido y desinteresado.
Que monógamo, que "libre".
Que cursi, que creativo.
Que si enriquecedor, que si frustrante.

Que sobra, que falta.
Que si es, que si no es.
Que si existe ó no existe.

Y cuántas cosas más... ¡no tantas más! al menos nunca serán tantas para llenar toda una vida de espectador desde que nace hasta que muere. O para llenar el 90% del repertorio del 90% de los artistas. Para prueba basta un CD.


¿Acaso toda esta gente, huevos y gallinas, no se sensibilizan por otra cosa?

Que para llorar, para reír, para emocionar, para meditar... el dichoso "tema" no agota su ductilidad y da para todo, como todo tema. Pero es el único con este protagonismo infalible.

¿Cual es el misterio que encierra?

Y no digo en la vida. Esa que vivimos y donde el amor es tan misterioso y tiene tal potencia que puede construir, dar sentido, dar vida, así como destruir, desolar, acribillar.

Pero también la muerte, la paz, la guerra, la justicia, la injusticia, la vida. El amor fraternal, la amistad, la naturaleza. Las creencias, las costumbres. La genialidad, la creatividad. La estabilidad, las crisis. Las ideas, la historia, la política, el mundo. El heroísmo, la cobardía, la honestidad, la hipocrecía. E infinitos etcéteras.

Y yo.
Que lo tomo como tema ¡de la primer entrada al blog que tiene un tema!
...
Al menos en mí no es un misterio (para mí). Puedo darme cuenta por qué semejante tema tan trillado y lleno de obviedades, casi sin que me dé cuenta anduvo subiendo en mi ranking de espectadora. Pero no puedo andar haciendo teorías universales a partir de una etapa de mi vida, ¿no?

¿O si?

viernes, 9 de julio de 2010

Elipsis inaugural


Siempre fui desordenada para tantas cosas...
Tal vez "desbaratada" sea la palabra.

Supongo que todos hemos encontrado la clave de aquel misterio milenario mientras mirábamos a través del vidrio sucio del colectivo, hasta que nos damos cuenta que llegamos a nuestra parada y todo se esfuma inmediatamente. Tanto esa rebuscada explicación a la intriga universal, como la intriga misma.
También supongo que todos tenemos esas frases jamás dichas.
Y esas que hemos dicho a alguien, pero jamás hemos contado a otro.
Interpretaciones existenciales para cuestiones que no lo son. O de las simples para temas intrincados.
Vivencias rebuscadas. Anécdotas ridículas.
Y todas esas huevadas que no le importan a nadie pero que a uno le resultan importantísimas.
¿Por qué no intentar retener esas ideas/historias/cosas e ir volcándolas en un cuaderno? Porque nunca encontraría el cuaderno. ¿en la computadora? porque crearía 27 archivos diferentes para la misma cuestión. ¿en internet? porque jamás contaría en público este tipo de cosas. Obvio.

Pero el seudónimo da el permiso y abre una puerta.
Casi a modo de catarsis. O por simple aburrimiento.

Lo intentaré.

Y aquí va. La huevada inaugural que, elípticamente, era la idea de crear un blog donde no decir nada importante, pero decirlo. Decírmelo.

...espero que ésta misma, no sea mi primer y última publicación.