Temas

martes, 31 de agosto de 2010

a Vos

yo con vos descubrí la auténtica Pasión
la Rebeldía
la Pulsión
el Caos
la Explosión.
el Amor después de los treinta.

yo y vos hubiéramos sido Potencia
Diálogo
Equipo
Diferencia
y Congruencia.
Comprensión
Escencia.

yo sin vos conocí la intensidad del Dolor
la Decepción
la Furia
la Contradicción
la Humillación

la Histeria

el Vacío
Mi Ingenuidad
Tus Miserias.

Yo a vos te hubiera dado mi Espacio
Sinceridad
Intimidad
censurado mis falencias.

Sólo con vos fluyó como Natural
el inconfesado y visceral Instinto
casi Necesidad
de tener un Hijo juntos.
y puede que ahora jamás vuelva. 

eras el único modo de Crecer
era mi cuerpo que Sentía
era mi mente que te Creía
era mi instinto que te Olía
mi panza que Dolía
mis entrañas se Estremecían
al escuchar Tus palabras,
cuando te volvía a Ver.

yo Por Vos hubiera dado mi Vida.

vos Por Mí, no dejaste a tu mujer.

jueves, 26 de agosto de 2010

Y vos, ¿cuánto cobrás?

¿Por qué en general causa cierto pudor decir lo que uno cobra por su trabajo?


Tal vez me intrigue porque nunca tuve el pudor de decir cuánto he cobrado en todos los trabajos. Ni cuando consideraba que era una miseria, ni cuando consideraba que mi sueldo podía estar un poquito encima que el del supuesto promedio.

Aun así, creo que no hay que ser hipersensible para percibir que en general la mayoría de las personas se ponen incómodas sobremanera cuando se avecina el tema en números, y por eso evito preguntar cuánto ganan aunque yo les cuente. Y aun así no lo dicen. ¡Ni en una conversación sobre el mismísimo tema de "el pudor que da decir el sueldo"!

La lógica no me ha llevado a buen puerto en intentar dilucidar la raíz del enigma. Es tu realidad EQUIS, tu experiencia, tu posiblidad... ¿por qué no compartirla? Pero no. Hay alguna maraña intrincada por la cual eso no sucede. Ganes mucho, promedio, o poco.

Entonces rápidamente abordo el tema de la autocensura desde otro lado: ¿a quién le conviene que, entre los empleados o colegas, no se cuenten lo que cobran? ¿a quién perjudica que se haga un intercambio de experiencias e información al respecto? Esa sí es fácil de responder: a los "jefes". Por algún motivo no tan mágico se ha generado un sistema por la cual nosotros, los que no decidimos el sueldo, nos autocensuremos y no nos contemos cuánto nos pagan ellos.

Toda esta autocensura genera que, salvo escasas excepciones, el tema del salario sea una gran incógnita entre compañeros, entre colegas, entre los distintos trabajos... sabemos más de cifras leyendo el diario que hablando con un amigo.

Hoy, llegando a casa por la noche, veo una cuadrilla de más de 6 pintores pintando, bajo la atenta mirada de un señor de traje, la fachada de una gigantezca concesionaria de autos, de esas que exhiben los más lujosos adelante. - ¿A esta hora pintando? -pensé.

Me acerco y veo que estaban tapando miles de grafitis que obviamene habían dejado los trabajadores:

"¿$8 para almorzar?, ¡caraduras!"
"$15,20 la hora del mecánico? ¡paren de robar!"
"$250,87 (no me acuerdo qué cosa). Chorros! Repartan la torta que ganan gracias a nosotros!"


Me detuve. Me tomé toooodo mi tiempo ahí paradita, leyendo cada uno de los graffitis que morían debajo del rodillo blanco. El tipo de traje me miraba desconcertado, como diciendo ¡¡Piba, ¿qué leés? seguí camino!! Su expresión era como extraviada y su cara estaba desencajada. Muy nervioso y desconcertado miraba hacia una y otra esquina y caminaba de una punta a la otra de la fachada.


Era evidente la auténtica vergüenza que sentía frente a esos escritos que lo único que citaban eran cifras concretas. Las que "él" (o lo que representa) paga a sus empleados. Esaba claro: el tipo quedó desnudo ante los transeuntes.

Por fin, con este tema, puede presenciar un pudor lógico y coherente: el del que paga los sueldos injustos. Pero no porque pagara poco ó por un dilema moral, eso lo hubiera avergonzado siempre.
Sino simplemente, porque había salido clara y rotundamente a la luz pública su vergonzante mezquindad.

domingo, 22 de agosto de 2010

El idioma de Lola


GdA- ¿Cómo te fue en ese viaje soñado?

L - ¡Cuando volví mi vieja no me fué a buscar al Aeropuerto! ¡¿A ustedes les parece?!


Así empezó el relato del fabuloso viaje que Lola se hizo por playas paradiscíacas, con Chongo extranjero incluido y todo.

GdA- Bueno, bueno. ¿Pero cómo estuvo el viaje? ¡Mostrá las fotos! ¿Cómo quedaron con el muchacho? ¿Recorriste mucho?
L- ¡Es que no puede ser! ¡Tuve que pagarme un taxi desde el Aeropuerto a casa a las 4 de la mañana, y todo el recorrido pensando que me robaban! Si hubiera sido mi hermana seguro la buscaban. ¡No vino ni mi vieja, ni mi viejo, ni mi hermana!

Como no había modo de hacerla salir del tema, el Grupete de Amigas convocadas para darle la bienvenida se abocó de lleno a él.
GdA -¿Pero vos les habías pedido que te vayan a buscar, te dijeron que sí, y luego no aparecieron?

L -¡Claro! Yo les dije "No hace falta que vengan a buscarme, no se molesten". ¡Más vale que quería que vengan! y ellos lo sabían.

GdA -¿Y ellos te dijeron que iban a ir igual, aunque vos les dijiste que no se molesten?

L -¡Pero sí! Me dijeron "Bueno, vemos ese día" ¡Es obvio que sí! ¡Y no vinieron! Los reputeé a todos hasta hoy, y mi viejo me preguntó cuándo dejaré de echárselo en cara. Le dije que nunca en mi vida.

Desconcertado, el Grupo de Amigas reunidas empezó a inquirir:

- ¿Pero por qué no les dijiste "vengan a buscarme, es importante para mí"?
- ¿Por qué cuando dejaron esa respuesta ambigua no la aclaraste tipo "pero van a buscarme ó no"?
- ¿Por qué esa cortesía forzada en pleno seno familiar, de decir "no se molesten" cuando querés decir "necesito que vengan a buscarme"?

L -Ay, chicas. Me extraña. Yo no quería darles una orden. Lo que una quiere en realidad, es que los demás quieran darte una mano. En este caso, buscarme por el aeropuerto. Que surja de ellos.

Amiga1 -Pero si fuera así, no se lo echarías en cara. Sólo comprobarías que no surgió de ellos. Pero no podés obligarlos a que les surja, o reprocharles que no les surje buscarte.
Silencio.
Casi como sentencia, esa frase sonó a que "no te quieren ni jamás lo han hecho". Cosa que obviamente no es así. Lo que intentaba desentrañar Amiga1 era lo loco del discurso que siempre tiene Lola. Que cuando dice "no importa", quiere decir "importa". Que cuando alguien le dice "tal vez", ella interpretaba "si" ó "no" según lo que ella espera escuchar. Como si viviera en un plano discursivo paralelo, aun en su ámbito más íntimo como el de la familia, los amigos, las parejas.

Amiga2: Algo parecido pasó para tu cumpleaños. Nos dijiste a todas que no querías festejar, que no vayamos a verte. Te cansaste de repetir eso tajantemente y al día siguiente nos estabas puteando a todas porque no habíamos ido.

Lola: ¡Pero chicas! ¿Quién no quiere que sus amigas vengan a su cumpleaños? ¡Por favor!

Es inútil. Más de diez años de conocerla y aun no decodificamos el idioma de Lola.

lunes, 9 de agosto de 2010

¡Mujer! ¡Ya no tienes excusas!


Lalalá lará lalá la lá. Lalalá lará lalá la lá.

¡Qué felices son las mujeres!

Y si no sos feliz y no te sentís plena es tu culpa, tu responsabilidad, tu pretenciosa mirada del mundo.

¿Qué tanto dilema de encontrarte con vos misma, de saber quién sos en verdad, qué te gusta hacer y cómo te parece mejor hacerlo; de explorar la vida más allá del cuento de Hadas y las novelas rosas; de reflexionar y aprender; de tener inquietudes, intereses?

El camino más claro para encontrar la felicidad está frente a tus ojos. Y si sos ciega y no lo ves, es tu culpísima culpa.

A no desesperar. Para que no tengas excusas, aquí va sólo una muestra de los pasos a seguir para que vos, Mujer hecha y derecha, seas plenamente feliz:

  • Lavar la ropa blanca con el jabón en polvo indicado: terminarás cantando en las terrazas, rodeada de burbujas, junto a otras mujeres tan felices como vos por dejar su ropa blanca, blanca.
  • Ídem para la ropa de color, la ropa negra, la ropa blanca con color.
  • Lavar la ropa con jabón líquido: madurarás como mujer y confirmará tu independencia cundo recién te hayas mudado de la casa de "mamá".
  • Sacar las manchas con el sacamanchas indicado: te sentirás realizada y hasta los científicos de laboratorio te felicitarán.
  • Lavar la ropa con suavizante para ropa: tus hijos te adorarán cuando acaricien sus prendas y te lo dirán.
  • Lavar los platos con el detergente concentrado para agua fría: harás quedar fabuloso a tu marido cuando se vayan de campamento, y serán plenos y felices por ganar la competencia del lavado.
  • Desinfectar a tus hijos cada 5 segundos con el jabón indicado: serás una heroína que salva a sus hijos de los monstruos bacterianos que amenazan su vida.
  • Desinfectar los pisos, el baño, la cocina, los muebles, los juguetes! con el producto indicado: ídem pero además, salvás la vida de tu marido y tu mascota (aunque ésta última, vaya paradoja, también es una amenaza por portar bacterias).

¡Hay tantas maneras, mujer, por favor! Ya no tenés excusas. ¿Que son muchas cosas y muy difíciles e inquietantes para empezar? Tranquila, ve paso a paso.


Cuando hayas podido realizar las que menciono aquí, seguiremos con el listado para profundizar tu felicidad: con qué vestirte, arreglarte, maquillarte, depilarte. Qué comer para no engordar, pero qué cocinarle rico a tu marido para que te adore. Cómo decorar tu casa con productos caros pero también haciendo manualidades. Con qué útiles escolares abastecer la mochila de tu hijo, y con qué juguetes y con qué alimentarlos. Con qué productos cepillar tus dientes, lavar tu cabello, desenredar tu cabello, peinar tu cabello ¡y cuidado si es liso, con ondas, enrulado!. La lista es infinita, pero recuerda. Paso a paso.

¡Inténtalo! El poder está dentro de tí.

¡Lalalá lará lala la lá! ¡Lalalá lará lala la lá!

miércoles, 4 de agosto de 2010

¡Por fin! me enamoré

Ay... me enamoré.

Viste cómo es. Que si te gusta, que no, que maso, que no me gusta mucho pero me da bola... pero cuando te enamorás no hay duda. ¡Y hace mucho que no me enamoro! mucho mucho. Todos sabemos que el amor aparece en el momento menos pensado y siempre nos sorprende.
Nunca me sorprendí tanto como hoy.

Son hermosos.
Sí. Son dos.

Me enamoré de los dos.

El ratito que estuve, que ni me dio tiempo a sacarme el abrigo, me confirmó que estoy enamorada de ambos. Ya los había visto una vez, pero yo estaba a las corridas y fue más un trámite que otra cosa. Hoy estuve tal vez hasta menos tiempo que la vez pasada pero yo estaba en otra sintonía.

Cuando llegué a la puerta me acordé "¡Cierto! Estos muchachos son super interesantes, me encanta lo que hacen, muy agradables, tienen el estilo perfecto que encaja conmigo, y son muy muy muy lindos... ¿Cual era el que me gustaba más?"

Pero no pude: cuando entré no quise perder el tiempo en evaluarlos entre sí. Son los dos, y el equipo que hacen. Si hasta parecen más hermanos que los hermanos reales de cómo fluyen, sus tonos de voz, lo que proponen, cómo te miran a los ojos... ay... me enamoré. Ellos me hablaban de manera tan acogedora, y como buscando coincidencias, lugares que casualmente conocíamos, historias similares... y yo sólo podía imaginarme viviendo ahí, los tres en comunidad (cerrada a nosotros tres, obvio) y siendo felices para siempre. Hasta los sillones, las paredes, la biblioteca, la calidez de la luz que había hacían la atmósfera perfecta...

Y parecen Uno... ni siquiera puedo imaginármelos separados.

Ay... ¡y qué lindos son!

Salí casi sonrojada, y me fui suspirando las diez cuadras que separan mi casa, de mi futuro hogar conjunto.

día 252 - y van...

¡No me dirán que no se comprende que es todo superentendible y justificable!:


  • día 257 - viernes, lluvia torrencial. Encima no trabajé en mi oficina sino que tuve que viajar (no muy lejos, pero bueh) cargada de paquetes y papeles y paraguas. Al volver a casa, no iba a empezar a pensar en la tesis porque tenía que recuperar una clase de yoga a la que falté ayer (jueves) por ir a la charla motivadora de tesis... pero como dije: mucha lluvia. Ni tesis ni clase.

  • día 256 - sábado, desde la mañana y durante toda la tarde vino el técnico a instalarme el split frio-calor (si, si. estuve soportando los veranos de 45º y las olas polares sin él). Claro que no era momento para estudiar. ¡¡Y menos cando se fue, un sábado a la noche!!

  • día 255 - domingo. No da.

  • día 254 - primer día laboral de la semana: estás dormido por el desbarajuste de horarios de sueño del fin de semana, sumado a que hay el doble de trabajo. ¡Pero sorpresa! Mi compañera de la charla-motivadora-tesística me dejó una cartita en el escriorio que versaba: "Taller de metas: faltan 254 días para recibirte" (si, con ellas bromeábamos al respecto) y adjuntó un apunte. Pensé: qué tierna. Pero ya había quedado cenar en casa de una amiga para trabajar sobre unos proyectos que estamos desarrollando. Llegué a casa a la 1am = de tesis, cero.

  • dia 253 - hoy, martes. Trabajo todo el día y dormida, como siempre, por la trasnochada de anoche. Fui al trabajo con las calzas porque aun era tiempo de recuperar la clase de yoga del jueves pasado! Pero trabajé hasta tarde y no llegué a horario. Me fui a casa y me encontré cocinando (para la cena de hoy y para el taper de mañana en la oficina) pero ojo: de repente me sorprendo escribiendo en un word como 25 temas posibles de tesis (cosa que nunca había hecho, los tenía todos en la cabeza). ¿Estaré despertando a la idea de que tendré que hacerla algún día?

Qué aburrido todo esto que escribi. Pero tengo que convencerme que de verdad tengo muchos argumentos para no empezar a hacerla (?)

Quién sabe... mañana miércoles me invitaron a ver unos cortos a las 21 hs. y luego cenar. Tal vez rechace al posible-futuro-galán por venir a casa a pensar en la tesis, ¿no? Si, si. Seguramente.

Creo que la próxima vez que escriba al respecto, no contaré cosas aburridas de días y horarios, sino de todo lo que va aconteciendo en paralelo a eso: quién llamó por fin y no lo podía creer; a dónde me invitó y quién (otro, no el que llamó); de quién me estuve acordando; con quién soñé; lo que pasó con mi jefe; lo que encontré en la oficina en un lugar escondido (¡y que me involucra!); qué brillante idea se me ocurrió para salvar al mundo; y todo ese tipo de cosas importantes.

¡Y ni loca lo sigo haciendo día por día! qué embole.

Al menos, hice la lista de temas posibles de tesis. Algo es algo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Integridad ¿un valor?


Tiene lógica que conceptos como heroísmo, solidaridad, ecuanimidad, justicia, bondad, y tantos otros sean valores admirables y de esos que no encontramos cotidianamente.

¿Qué los hace, en sí mismos, que sean Un Valor?

Entre tantas cosas, supongo, que tienen en cuenta al Otro. Y muchas veces en perjuicio del Uno, y en un contexto (dígase: mundo) donde eso no es tan habitual (si no, no serían Un Valor).

¿Qué pasa con la Integridad?

Es claramente un valor, y arriesgo que sólo porque no se lo encuentra tan seguido en el mundo, pero no por su propia definición (aclaro que aún no consulté el diccionario).

Espontáneamente y en el uso coloquial que le doy yo, Integridad vendría a ser algo así como respetar los valores que uno tiene, pero por el respeto a uno mismo en todo momento y lugar (no lo confundiría con convicción, que es más parcial). Entonces, el eje comparativo es la misma persona. Su manifestación sería que esa persona hace las cosas en función de sus propios valores. Resumiendo: dice lo que piensa, hace lo que dice, y en todos los ámbitos de su vida. Para mí, y hoy, eso sería integridad.

El que no es íntegro ¿qué es? Si, si. Es hipócrita.
¿Pero por qué, un hipócrita, lo es?
¿Es porque no se respeta a sí mismo?
¿Acaso es orador de frases ó ideas vacías o ajenas de las que ni él mismo está convencido? ¿Si no por qué no llevarlas adelante?

¿Acaso cambiar de discurso en uno u otro ámbito es parte de un valor propio (por ejemplo, un manipulador), por lo que no dejaría de ser íntegro el hacerlo?

Y no confundo hipocresía con contradicción. Es más, celebro la contradicción fruto de reflexiones sobre uno mismo. Es muy íntegro buscarlas y reconocerlas: tener una ideas ó valor y no actuar en consecuencia por tal obstáculo ó circunstancia, e intentar analizar el obstáculo... ¡ó el valor! (¿era una idea correcta, si estando al alcance de mis posibilidades no actúo en consecuencia de ella? ¿si evalúo imposible su concreción, seguiré profesando esa idea?).

¿Tan difícil es decir lo que se piensa, hacer lo que se dice e ir, en el camino, creciendo y mutando y aprendiendo y conociendo para que también el hacer nos enriquezca el pensar (y no sólo "importar" valores ajenos)? Llegar a nuevas conclusiones e ideas, tal vez nuevos valores, y decirlos y actuar en consecuencia... ¡Esto no debería ser un valor! Debería ser respeto a uno mismo.

Por otro lado, la Hipocresía: ¿Acaso el primer (y no por ello "principal") damnificado no es el hipócrita? Piensa o siente una cosa y hace ó dice otra. Actúa de determinada manera pero profesa ideas diferentes.

Está claro que ambos, por tener a la misma persona como referente, no están en la misma categoría de inocuidad cuando interactúa en el mundo: la integridad es cristalina para el prójimo, la hipocresía es oscuramente difusa, inaprensible y, a mi entender, siempre perjudica a alguien.

INTEGRIDAD
2. Dicho de una persona: recta, proba, intachable
No me refería a esta definición.
En mi concepto coloquial, Íntegro podría ser un ladrón
siempre que actúe en consecuencia de los
valores que tiene y profesa.
HIPOCRESÍA
Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Tampoco coincido tal cual.
El "fingimiento" (en "mi" hipócrita) sería
casi inconciente: defiende una postura
y actúa de otra manera, muchas veces
sin siquiera ver la contradicción.
El mejor descubrimiento:
ANTÓNIMO DE HIPÓCRITA:
INGÉNUO (encontré varios, entre los cuales NO estaba "íntegro")
Tal vez no haya personas hipócritas, sino simplemente personas que, en determinados ámbitos, son hipócritas. Cosa que con la integridad no es posible: se es, o no se es.
¿Seré ingénua?
...es que me siento una auténtica antónima de hipócrita.

domingo, 1 de agosto de 2010

¿Has de beber?

Ma sí. Que se vaya a la mier...
Si hasta que "no respondió el mail" ni me importaba.

El año pasado tuve unos problemitas de plomería y "alguien" me recomendó un amigo suyo. Vino. Muy lindo. Linda voz, aunque la escuché poco: trabajó como loco y no aceptó ni un vaso de agua, ni unas galletitas, ni un café, té, mate. Casi nada de diálogo, me cobró cifra que consideré justa y se despidió muy atento. Este año se lo recomendé a una amiga que estaba con los caños lastimados.

Boluddaaaa! ¡Está muy bueno el plomeroooo! ¿Cómo no me dijiste?" me encuentro titilando en el messenger mientras estaba en el trabajo. Sí le había dicho, pero parece que no lo enfaticé en la proporción adecuada. Ella me escribía mientras él estaba ahí, arreglando. Le pongo:
Sacale información! ¡Si está en pareja, algo!
A las dos horas...
-Ni le pregunté pero se encargó de sacar el tema que está casado y tiene un hijo-, me dice.
-No podía fallar-, le digo.

Hace poco tuve otro temita y lo llamé. Me desorientó su charla al teléfono: super extrovertido, bromista, expresivo. Yo lo había llamado desde el trabajo y ya me daba pudor hablar tanto con el plomero... ¡y más si sonaba a coqueteo! Él mismo bromeó con eso: -Bueno, mejor cortemos porque parece que podríamos hablar todo el día (!).

¿Qué fué esa charla? Enseguida le conté a mi amiga.

- ¡Nena! ¡Te está tirando onda!
- ¡Si está casado no me interesa, ya lo sabés! ¿pero se habrá separado?
Y todo tipo de especulaciones.
***
No viene al caso el por qué (por ahora), pero mi temita con la infidelidad
no tiene raíces ni religiosas, ni morales, ni tradicionales...
sino de cierta historia vivida
que me hizo fóbica a ese tipo de relaciones.
***
Llegó el día. Entra resuelto y extrovertido pero siempre de modo sutil, de lo más profesional, cosa que hacía cómoda la charla. Se ve que es su estilo porque sin que yo intente sacar el tema, se encarga de aclarar que se separó.
UAU

Por primera vez, de todo el abanico de especulaciones que había lucubrado, ¡se confirmaba la más optimista!

Él super simpático, yo me relajé. Me contó anécdotas de su vida y yo escuchaba y acotaba y opinaba... me preocupaba que fuera tan temprano y yo tan de entre casa... en fin, fluía la cosa lo más bien. Hasta que estábamos tan cómodos, él con sus herramientas en mis caños y yo en medias con las piernas cruzadas sobre la silla, que me confiesa el motivo de su separación: le fue infiel a la mujer.

CHAU

Duró poco la excepción al pesimismo. Involuntariamente (pues no es que sea una talibán de la fidelidad) se me vino a la cabeza esa historia difícil que viví... y no lo pude remontar. Mis comentarios empezaron a ser de lo más escuetos e indirectamente condenables. Ni yo me reconocía. Él divino, como cuando entró. Buscando en mí esa comprensión y complicidad que siempre tuve con el mundo aunque él no lo supiera, y por primera vez me sentí una pacata aborrecible. Como empujada por una pulsión mi lívido se desbarrancó sin retorno y dejó de interesarme al instante. Hasta que se fue, y pensé que era una verdadera idiota.

¿¡Qué me pasa!? era la cuestión más allá de él.

De todos modos, él en particular pasó a formar parte de mi libreta de "arregladores". Me olvidé por completo hasta que, por un tema de herramientas, empezamos a mensajearnos. Él seguía agregando algún adjetivo agradable a sus mensajes, y yo intentaba abrir mi mente. Él se ofrecía a regalarme una herramienta y yo a agradecerle pero no. Le propuse que la sigamos por mail porque ya eran páginas de mensajes. "Dale, espero tu mail. Besos".

Escribo un mail escueto y de clienta correcta. Pero por las dudas, y por si mi idiotez sólo se tratara de un autoboicot, terminé el correo con una pregunta cómplice sobre una anécdota que él me había contado... como dejando el espacio abierto a que me responda. Y nada. Días, semanas, y no respondió nunca.
Ma sí. Que se vaya a la mier...

Si hasta que "NO respondió el mail" ni me importaba.

Pero no dejaba de fantasear con toda clase de respuestas posibles, siempre que me tenían a mí como la más deseada y a él el más enamorado.

Y hoy. Creo que a un mes de mi correo enviado.

"Tienes un e-mail"
Que lo disculpe por el tiempo que demoró, que no lee seguido los mails.
Que todo bien, que si quiero puede pasar por casa a ver ese tema de la herramienta.

Y terminó el mail respondiendo la pregunta cómplice que le hice, con una broma correcta.

Y que cualquier cosa lo llame.
Qué cosas.
Por todos lados, hace agua.